Antes de hoy… el mar,
ese que me sostiene en el medio del océano donde cuenta la leyenda de agua azul
sobre gaviotas doradas y cielos rojos de lucidez,
ese que me divide entre fragmentos de vida, lagunas de locura y frustraciones,
en el cual no mido consecuencias por contestar a tus deseos,
el mar promiscuo lleno de bajas codicias y carnes adictas
que me hace creer de nuevo y recordar la picardía en mis ojos
y en donde escucho tu voz antes de olvidarme del mundo.
Antes de hoy… la piel,
la que no pide explicaciones cuando la ausencia toca la puerta
y es partidaria de buscarte con emoción en el espacio ignorado,
esa capaz de complacer sin fingir, ni bendecir la razón
en la cual después de lo existido todo es certeza,
la piel pecadora cuyos escondites conjuran la infidelidad
que hizo agonizar tu vestido negro al caer entre paredes
el mismo día que el mes de octubre desaparecía.
Antes de hoy… la luna,
la que confabula a nuestro favor sin que la aceptes por error
y que se vuelve la fatalidad de los desamores y amnesias,
esa que me inspira a escribir versos que solo yo entiendo
la misma de mi tierra, medio oriente, Madrid ó Tokio,
la luna atrevida que ilusiona mes a mes y que olvida por igual
derramando su perfume entre los pocos que se juegan su futuro
viéndola caer de madrugada adormecida por mi veneno.
Antes de hoy… la vida,
la que nunca será igual si nada mas soy tu reflejo en mi tiempo
en cantos de interrogantes de donde están los demás, los que no verán la luz,
esa que se vive después de lo vivido, indiferente al destino,
en la cual habrá muchos finales que no serán el fin que provoquen luto,
la vida imperfecta que pasa frente a mis ojos y saluda como camarada
convirtiéndome en cómplice de Botero, Picasso, Frida, Sabina y la Vargas
consagrando la herencia de las ruletas que a cara o cruz deciden el mañana.
jueves, 28 de mayo de 2009
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