En la burbuja nocturna ideal para escuchar tu respiración,
con tu deseo hecho carne en aquella madrugada fría,
mojando tu piel con elixir de vida y consecuencia de avidez
después de sinceras palabras que provocan en pupilas,
y tus pechos perfectos dividiendo mis labios.
En la burbuja íntima ideal para esconder pasiones
con tus manos tibias recorriendo caminos en círculos
llenando de gemidos el silencio de las luces de neón
antes de caer arrodillado ante tu cuerpo ansioso
y tu humedad latente que multiplica mi sudor.
En la burbuja transparente ideal para eclipsar vidrios
con tu respiración y la mía plegadas en latidos
redescubriendo el espacio que se vuelve templo de pecado
mientras elegimos un destino paralelo a nuestras existencias
y nos alejamos de la soledad traidora de vulnerables momentos.
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