domingo, 5 de abril de 2009

Existo...

Penetra las venas y descubre al loco que se cree
entre gente sin rostro una rara excepción
que dobla sus mangas y exige que el mar se evapore
para morirse de ganas por la gota entre el polvo.

El ultimo de la fila que se inventa promesas
porque siempre quiso ser y nunca pudo
que escucha lo que no quiere y ama el silencio
eligiendo ser el vacío sumiso que muerde el grito.

Boca de salvaje depredador que envenena la sangre,
la sangre espesa brotada desde lo más profundo
aquella que ciega, enternece, cabalga, quema,
y adormece desde donde se le quiera ver
desde donde se le pretenda borrar.

Limbo que desaparece al final del horizonte
cuando la línea cruza del fuego al frío
sin nada mas que hacer, sin llorar, sin reír,
sin cansancio, sin nadas ni porqués
perdiendo la locura, apagando el mecanismo.

Vecino del almacén donde son guardadas tus ropas,
tus sabanas, tus ansias…tus predicciones zodiacales
que me vuelven enemigo del futuro que llega altanero
para dar por vulnerable mi boca sellada
desde donde pediré por más, a la vez que suplico perdón.

El tercero de los dos que compitieron por rearmar el mundo
con las cicatrices profundas envidia de mortales
que no saben quien soy, que solo conocen la sombra
ese suicida múltiple de vidas que se compran por medio de sobres
los que brillan entre dinero volviéndose manchas en la mirada.

El que se coló por los arrabales del alma perdida
sin disparar tan solo una frase perfecta
la que sirviera para arrancarte un pelo de tonta
en el delicado momento que ganabas la partida
con los ases manchados, el caramelo en la mesa
y la prisa de no quererte querer entre engaños.

Habla el que percibe un mal sentimiento escondido entre maleza,
Habla…el que escucha la palabra equivocada desde adentro.

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