martes, 8 de julio de 2008

Sueños…

Soñé que no amanecería jamás
tuve la certeza que no dejaría de llover
inútilmente quise levantar la sombra
y el abrir los ojos resulto imposible,
dominaba la oscuridad el patio trasero del ahora
estancadas las agujas del tiempo, en silencio por fin.

De los pasos alrededor, solo el cansancio de seguirlos
y las heridas que destrozan la piel por los vidrios en el camino
de las palabras, susurros y nombres impronunciables
solo la lengua muda que se humedece con alcohol
de mi cuerpo, solo la sed, mí voz, mi letra
y la locura de saber que no sigo siendo.

Soñé de nuevo, con el gris húmedo de la pared
sobre la que pinto odios y mentiras con sangre
corriendo entre propios y ajenos buscando refugios;
la luna roja con un disparo a quemarropa,
copia del suicida alegre en días de noviembre;
jugando la vida irreverente, endiablada e inexistente
unión de indultos, placeres, egos y batallas perdidas en sueños.

Sueños sin amaneceres, con lluvia, de sombras, en silencio
y miedos…

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